martes, 10 de marzo de 2015

El chipa se convida, porque siempre hay para dos

En este episodio le toca la prueba al medianamente conocido en la city capitalina, Santiago: probamos con una pequeña bolsa de  200gr de alrededor de las 9:30 AM para acompañar el mate matutino con esa gloriosa combinación de fécula de mandioca, harina de trigo y queso que hace posible nuestro deleite de hoy.
Así es que probamos el primer elemento chipacero de la mañana....
Se presenta con una superficie quebradiza, cual roca de caliza en bruto y con decoraciones de queso correspondientes por fuera, que nos invita de antemano a ese sabor característico:

  • su consistencia es robusta
  • su sabor es punzante, exquisito
  • sus tonos de queso muy balanceadas

su temperatura no es la más adecuada ya que no se pudo probar recién comprado
y como conjunción de todo su relleno coherente y consistente para amalgamarlo todo como una pequeña entidad de sabor.
Haciendo una segunda prueba del mismo ejemplar vemos las burbujas de relleno que nos muestran esa peculiar transformación que ocurre en el horno.
Hacemos una pausa para contemplar el sabor y dejar que se renueven las papilas gustativas, esperando su estela en la laringe. Es poco invasiva pero se siente un leve picosor que dura pocos minutos en la garganta.
Gracias a la colaboración constante de Zapo, el fotógrafo pispeamos adentro de la bolsa antes de cada degustación.

En conclusión,

a este chipa le damos  Ricuras

Sobre el proveedor:
Como ya se mencionó hoy probamos el chipa de Santiago, un pequeño proveedor ubicado en la peatonal de la Ciudad de Resistencia entre las calles A. Frondizi y José M. Paz

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